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20 de octubre de 2011

El uso del collar de impulsos eléctricos para el adiestramiento

El uso de collares electrónicos genera mucha controversia. Este artículo pretende dar información para que cada quien decida si es apropiado para usar con su mascota o no.
 
Existen en la actualidad gran cantidad de collares y otros equipos electrónicos que ayudan en el adiestramiento de los perros, sobre todo a la hora de corregir conductas inapropiadas. Todos ellos generan gran controversia y discusión respecto de si son humanitarios o no, si causan dolor y sufrimiento a los perros o no. Creo que no se puede generalizar; hay situaciones particulares en que son de gran ayuda y también perros más sensibles o temerosos que pueden resultar dañados por este tipo de aparatos. Haremos una descripción lo más objetiva posible para que los conozcas y puedas decidir si serán buenos o no para tu perro.
Los primeros equipos electrónicos aparecieron en la década de 1950, generalmente para evitar que los perros persiguieran ciervos o al ganado vacuno o para que los perros de caza regresaran con sus amos al final del día. Eran bastante rudimentarios, pero resultaron útiles para administrar correcciones a distancia. Sin embargo, la descarga que administraban era bastante fuerte y dolorosa. No resultaron eficaces para el adiestramiento, pues los perros se asustaban y perdían el entusiasmo por trabajar debido al miedo de recibir un castigo.

Se hizo evidente que había que mejorar los collares para que pudieran usarse sin efectos secundarios indeseables. En los años 60 y 70 se trabajó para lograr que la estimulación eléctrica funcionara de manera segura para provocar los comportamientos adecuados en los perros en lugar de servir solo para administrar castigos. A partir de las investigaciones realizadas se hizo evidente que los perros son individuos con diferentes sensibilidades y temperamentos y se desarrollaron equipos con niveles muy bajos de estimulación eléctrica. Estos collares modernos pueden además ser regulados para administrar una descarga adecuada para cada animal, ni demasiado baja como para no ser efectiva ni demasiado alta como para asustar al perro; se gradúan de modo de provocar un ligero malestar. Estas mejoras hicieron que los collares puedan usarse con seguridad en muchas más situaciones que los originales.

A esta altura es importante dejar en claro que los collares no reemplazan a los sistemas de educación tradicional, donde el perro aprende uno a uno los comandos básicos siendo premiado cada vez que hace lo que se espera de él. Este adiestramiento es fundamental para lograr que el perro se acostumbre a obedecer, entienda qué comportamiento debe tener y sobre todo, sepa que debe someterse a las personas, que son su “líder en la manada”. En este adiestramiento también pueden usarse los collares electrónicos como una herramienta más. Muchos de los problemas de educación que se presentan a consulta mejorarían con solo una educación básica del animal, sin necesidad de equipos electrónicos.

Aún así, hay perros que necesitan recibir correcciones porque persisten en su conducta inadecuada. Estas correcciones no deben ser castigos físicos ni nada que cause dolor, inseguridad o miedo. El objetivo es sobresaltar al perro para recobrar su atención. Aquí es donde entran en juego los sistemas electrónicos.
Según las características de cada uno, pueden ayudarte a aplicar una corrección cuando no estás presente, por ejemplo en el caso de los perros que ladran demasiado, o que entran en sitios que no les están permitidos, o los gatos que no deben subirse a un sillón, etc. También actúan a distancia, cuando el perro está demasiado lejos para escuchar tu voz o decidió no obedecerte. Hay aparatos que tienen distintos niveles de estímulo eléctrico, para graduarlo según la sensibilidad de cada perro. Los hay con sistemas de seguridad para no dar descargas innecesarias ni demasiado prolongadas. Algunos emiten un sonido desagradable o vaporizan la cara del animal con citronella en lugar de generar un estímulo eléctrico. Los más avanzados emiten una alerta sonora antes de aplicar la corrección, de modo que el perro tenga tiempo de cambiar su comportamiento y evitar el estímulo desagradable. En mi opinión, cualquier corrección de un comportamiento que debas hacer debe estar acompañada de “clases” de obediencia, para reforzar la noción de quién es el que manda en la casa. Los collares electrónicos son una herramienta valiosa que debe ser usada con sentido común, pero no alcanza con colocárselo al perro y ya.

En cuanto a si son dañinos para los perros, como dije antes, no se puede generalizar. Los estímulos eléctricos son realmente bajos, casi como se siente la estática al rozar una alfombra. Hay quienes los equiparan con una picana eléctrica, pero esto de ningún modo es cierto; si se comparan los voltajes, los collares tienen veinte veces menos intensidad cuando están graduados al máximo. Por el efecto psicológico que pueden ejercer, creo que no son adecuados para perros nerviosos o asustadizos, pues serán una nueva fuente de temor para ellos, algo que los pondrá más nerviosos aún. Tampoco deberían usarse en animales muy jóvenes, que no han acabado de formar su “personalidad”; esto ocurre entre 1½ y 2 años, según el tamaño del perro. Si tu perro es muy sensible al dolor, quizá no te convenga usar un collar electrónico; no tanto porque sea muy fuerte, sino porque el perro puede tomar como una agresión cada descarga y sentirse inseguro y muy molesto.

Si decides utilizar uno de estos equipos, es importante que estudies bien su funcionamiento antes de colocarlo sobre el perro. Estas herramientas pueden usarse de forma correcta o incorrecta, y de eso dependerá en gran medida el resultado que obtengas. Dedica mucho tiempo a observar las reacciones de tu mascota al recibir las correcciones para que puedas evaluar si las tolera bien o se asusta demasiado. Recuerda que éstas no deben ser un castigo corporal, sino solamente una llamada de atención para retomar el control sobre tu perro. Hasta ahora se han obtenido más resultados positivos que negativos con el uso de los equipos electrónicos, de modo que son una herramienta segura que, bien utilizada, puede resultar una gran ayuda en el adiestramiento de nuestros perros

2 comentarios:

  1. Hola Jesus, me parece muy acertado tu comentario, describiendo el uso del collar de impulsos.

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  2. Hola Jesús, me podrías decir quien escribió este articulo, ya que me gustaría preguntarle o sugerirle algunas cosas sobre el uso del mismo, un saludo

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