Los Palacios y Villafranca, años cincuenta. Un matrimonio junto a sus tres inseparables perros de agua. En la foto se observa la rusticidad de los "perros pateros" adaptadas a las marismas del bajo Guadalquivir, con un pelaje rizado fino sin apenas subpelo que le permitían adaptarse a los cambios de encharcamiento y sequía de las marismas.
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